Editorial AEOL recomienda reducir la velocidad,  ya que:

1 – Nuestra percepción se ve afectada negativamente, ya que el ser humano no es capaz de asimilar la información visual y procesarla a tiempo, por lo que la respuesta llega tarde.

2- Además nuestros órganos no están preparados para sufrir una deceleración tan brusca como la que se produce en un impacto.

3- Los atropellos a peatones se convierten en mortales.

4- Con lluvia, la adherencia de la rueda se reduce a menos de la mitad.

5- Se necesita una distancia superior a un campo de futbol para detener el vehículo que conducimos.

6- El nivel de atención que nos exige esta velocidad es mucho mayor que en circunstancias normales, por tanto aumentan el estrés y la fatiga.

 

Correr con el coche no sirve de nada, ya que cuando llegamos a un semáforo, stop, etc., nos damos cuenta que están detenidos detrás de nosotros todos los vehículos que hemos adelantado mientras corríamos.

 

SEGURIDAD VIAL